El Eagle entre bastidores, uno de los cursos

más eficientes e introspectivos que existe

 

El Eagle es un curso “experiencial”,  que hasta hace poco solo estaba abierto para nuestros mejores alumnos.

Fue diseñado para responder a las preguntas constantes de muchas personas:

  • “¿Cómo puedo aprender a gestionar mejor mis recursos intelectuales y emocionales?”
  • “¿Es posible aprender a auto-motivarse, y si es así, ¿cómo?”
  • “¿Cómo puedo mejorar las relaciones que tengo con las personas que me rodean (amigos, padres, hijos…)?”

Teniendo en cuenta estas preguntas frecuentes de nuestros estudiantes, decidimos crear un curso ad hoc para enseñar, a quien nos lo preguntaba, cómo aprender a gestionar mejor sus estrategias de comportamiento.

El comportamiento de cualquier persona, de hecho, no es otra cosa que el fruto de un análisis que la persona se hace de sí misma en relación al ambiente que le rodea. Esto significa que – según nuestro punto de vista, confrontado por importantes expertos en la ciencia del comportamiento – nunca es un evento único lo que determina el comportamiento de la persona, sino cómo la persona decide reaccionar a ese evento.

Tomemos por ejemplo a una persona que, desafortunadamente, pierde su trabajo. En este triste evento podríamos encontrar quién reacciona:

-Desesperándose.

-Preocupándose por su propio futuro comenzando a quejarse de las personas que lo rodean.

-Organizándose para encontrar un nuevo trabajo en el menor tiempo posible.

-Evaluando cuidadosamente las razones de esta pérdida y comenzando a estudiar estrategias para aumentar sus habilidades «menos eficientes´.

-Y así sucesivamente…

Podríamos continuar durante mucho tiempo con la lista, pero el concepto no es juzgar qué posibilidad es la más realista o la solución más efectiva, sino más bien comprender por qué elegimos esa respuesta al problema, entre las muchas disponibles. Comprender la «lógica´´es la mejor manera de entender si estamos en línea con lo que realmente queremos para nosotros y para quienes nos rodean.

Está garantizado: en la vida seremos víctimas de innumerables acontecimientos e imprevistos que, como tales, no nos informarán de su llegada por adelantado. Por lo tanto, es esencial aprender a elegir cómo interactuar con ellos de manera efectiva y rápida, y esto es precisamente de lo que trata este curso.

A algunas personas les basta recibir una multa de 28€ por un estacionamiento vencido para arruinarse así todo el día, otros podrían aliviar la molestia con una sonrisa, diciendo «si este mes es lo peor que me puede pasar, bien». Esto dice mucho mucho (sobra un mucho) sobre la necesidad de aprender a manejar las emociones y el estrés, y el valor que le damos a nuestro estado emocional.

El curso inicialmente estuvo disponible solo como un «incentivo´´para aquellas personas que:

  1. Expresaron libremente su deseo de participar, y al mismo tiempo…
  2. Demostraron ser nuestros clientes satisfechos que informaron a 10 personas sobre nuestros servicios.

La aplicación de estos dos requisitos alcanzaba un doble objetivo: por un lado, se creaba un «umbral de entrada´´, gracias al cual solo participaban aquellos realmente interesados y motivados, por otro lado, el curso podría considerarse un «premio´´para agradecer tangiblemente a nuestros alumnos por sus referencias.

De hecho, muchas empresas ofrecen descuentos o bonificaciones a aquellos clientes que, contentos con el servicio recibido, traen a otros clientes. Nosotros, trabajando en el campo de la formación, hemos decidido agradecérselo ofreciéndoles lo que es más valioso para nosotros, nuestro conocimiento, con una experiencia formativa que muchos nos han pedido durante algún tiempo.

Así nació el Eagle.

Su organización requería compromiso, pero al final encontramos una manera de crear una experiencia aparentemente simple, pero que podía transformar los resultados de los alumnos.

Durante muchos años de trabajo, nos dimos cuenta de que la mayoría de la gente tiene tres grandes dificultades:

-Mantener la concentración o la atención durante más de 25/30 minutos.

-Ser capaz de entender lo que le pide el interlocutor en una conversación sin hacerse desviar de «falsas´´informaciones del entorno, y finalmente…

-Ser honesto al entender sus solicitudes/necesidades reales al exponerlas al exterior de una manera que no solo sea formalmente correcta sino que también sustancialmente efectiva.

Para mejorar y hacer que estos procesos sean comprensibles para los participantes, se decidió incluir en el mismo 3 ejercicios específicos:

  1. Durante un día entero no se puede ver el teléfono, o televisión, ordenador o similares.

Hoy en día somos testigos de cada vez más escenas tristes, por ejemplo de personas en un restaurante, que en vez de hablarse entre sí se distraen leyendo mensajes o mirando constantemente vídeos y redes sociales. Incluso algunos expertos afirman que es una verdadera adicción (como se puede ver en este artículo de Sole 24 Ore). Cualquier participante al curso viene debidamente avisado previamente, para poder organizarse para no tener compromisos (laborales o familiares) para ese día que lo obliguen a usar los medios anteriormente mencionados. Obviamente, la gestión de los mensajes entrantes por los miembros de la familia y compañeros está garantizada (se da a conocer un número específico de disponibilidad de nuestro personal), así como el acceso al dispositivo para cualquier tarea realmente urgente; durante el curso, se está en silencio y solo se puede hablar durante las sesiones del mismo curso, uno solo habla cuando realmente quiere decir algo.

«La razón por la que tenemos dos oídos y una sola boca es que tenemos que escuchar más, hablar menos´´, decía Zeno, un filósofo de la antigua Grecia. Tal vez ya habíais escuchado esta frase, pero ¿realmente sabes cómo ponerla en práctica? Todos los días estamos sujetos a solicitudes, opiniones y argumentos: ¿alguna vez hemos estado realmente «escuchando´´a una persona?

Obviamente nos ha pasado, pero desafortunadamente demasiado poco para poder apreciar completamente los procesos, las dinámicas y las diferencias en términos de efectividad.

Este es el cuadro de comunicación según el modelo de Friedemann Schulz von Thun:

En resumen, cada vez que hablamos, además del contenido, debemos tener en cuenta:

– Lo que realmente queremos, porque esto tenderá a mezclarse naturalmente con el contenido del mensaje.

– El tipo de relación que deseamos construir con la otra persona.

– La solicitud implícita que en realidad es la principal petición de la persona que nos está hablando.

De hecho, «escuchar» consiste precisamente en la capacidad de comprender el «la llamada» de la persona que tenemos en frente y que se está comunicando con nosotros.

Por ejemplo, un padre que llama a su hijo 5 veces al día para decir «A ESTUDIAR» Lo más probable es que a pesar de su apariencia no tenga el objetivo de ser estresante o redundante: simplemente es un padre preocupado por su hijo y que quiere para el lo mejor. Este comportamiento es su manera de decirle a su hijo: «Te amo, y desearía que no tuvieras nunca problemas en la vida».

¿Estamos seguros de que el niño lo entiende de esa manera? ¿Cuántas veces nos hemos detenido a analizar simplemente la superficie de la conversación pensando: «qué coñazo mi padre, pero ¿qué quiere de mi?» sin poder entender el metamensaje que subtiende…?

Bueno, estamos convencidos de que (aunque sería bonito) no podemos pretender que los demás nos hablen COMO NOSOTROS QUERRÍAMOS. Lo que podemos hacer es aprender a escuchar para comprender que tiene VALOR independientemente de cómo nos lo digan.

Para poder hacerles entender realmente estas dinámicas, decidimos pedirles a nuestros participantes que nunca hablen excepto durante el curso, con el fin de enfatizar la importancia de la comunicación de calidad, y especialmente no mientras otra persona está hablando. Esto solo sirve para hacer que se concentren mejor no solo en lo que se dice, sino en lo que el interlocutor «realmente quiere decir».

  1. La llamado «vuelta de feedback». El tercer ejercicio consiste en pedir a los participantes, en la segunda noche del curso, que elijan a otros 2 estudiantes para que digan algo que hayan apreciado y algo que no hayan ‘“digerido”. Este ejercicio no sirve solo para verificar la efectividad de su comunicación, sino también para:

-Dejar claro cuánto han escuchado a los otros compañeros de clase.

-Hacer que la gente comprenda lo que ha llamado su atención en positivo, y en negativo.

-Percibir cuánto ha percibido la gente de mí a través del comportamiento que he adoptado en esos días de curso. Este ejercicio no está dirigido de ninguna manera, sino que es una conversación libre, y la belleza de lo que surge de esta comparación entre iguales es solo al darnos cuenta de cómo se perciben nuestros comportamientos desde el exterior y, por lo tanto, entender si están en línea con la solicitud real que quería transmitir.

El estilo de este curso, en resumen, no es de ninguna manera «juzgar», y no tiene como propósito identificar cuáles son los «mejores» o «peores» comportamientos, sino simplemente hacer que las personas estén más en contacto con lo que realmente están haciendo, entendiendo el gran «peso» que tienen los comportamientos de todos para determinar la calidad de las relaciones con las personas que nos rodean.

Demasiadas veces presenciamos hoy en día personas que, queriendo algo, implementan estrategias contraproducentes sin darse cuenta. Por lo tanto, darse cuenta es el primer paso para comprender qué quiere y cómo lo quiere obtener, y luego poder elegir de forma independiente cómo actuar con el entorno.

Bueno, después de años de experiencia, la investigación de campo y la práctica HOY NACE EL NUEVO CURSO EAGLE 2.0, la evolución del anterior Eagle, un curso aún más rico en contenido y rendimiento. El curso se impartirá en colaboración con un profesional inscrito en el Registro de Psicólogos, con el fin de garantizar a los alumnos una asistencia calificada y la posibilidad (si lo desean, en cualquier momento) de hacer preguntas a un experto que pueda integrar nuestro punto de vista y nuestras competencias y experiencias.

Cuando lanzamos el curso, decidimos llamarlo Eagle porque nos gustaba la imagen del águila, un animal que «ve muy lejos». Creemos que las cosas más difíciles y «distantes» son las que están profundamente arraigadas en nosotros mismos.

Alguien, sin embargo, ha tenido objeciones: según algunos, es un nombre que puede parecer intrínsecamente demasiado «agresivo», algo que no está acorde con nosotros ni en nuestros deseos.

Propondremos por lo tanto la pregunta a los próximos alumnos: estimulándolos a sugerirnos un nuevo nombre para el curso